domingo, 1 de noviembre de 2015

Efectos clínicos de los probioticos





Desde la década de los 80, la investigación científica sobre las propiedades saludables del consumo de probióticos ha aumentado considerablemente, lo cual ha promovido significativamente su uso. La presente revisión recoge de forma resumida evidencia científica sobre algunos de los efectos biológicos más estudiados en relación a los probióticos tales como diarreas agudas, efectos inmunomoduladores, alergias, síndrome de enfermedad inflamatoria intestinal, estreñimiento, síndrome de colon irritable, intolerancia a la lactosa y metabolismo lipídico. 
Estos efectos cobran cada vez mayor interés, debido a la repercusión que pueden tener en la salud de niños y adultos.


Beneficios de los Prebióticos


Diarreas agudas

En varios estudios de intervención controlados con placebo se ha evaluado la utilidad de los probióticos como tratamiento para la diarrea aguda, particularmente de tipo viral. Se ha demostrado que la administración de algunas cepas probióticas como Lactobacillus GG, L. reuteri, L. acidophilus y L.bulgaricus (sola o dentro de una terapia de rehidratación oral) se asocia a una disminución de la severidad y duración de las diarreas, tanto en poblaciones de países desarrollados como sub-desarrollados. De hecho, algunos meta-análisis han concluido que la terapia con probióticos puede reducir la duración de la enfermedad diarreica aguda aproximadamente en un día.


Efectos inmunomoduladores

Los mecanismos de interacción de los probióticos con las células del sistema inmune son diversos. En el caso de las bacterias ácido lácticas, se ha observado que pueden ser captadas por las células M presentes en el epitelio y facilitar la estimulación del tejido linfoide asociado a la mucosa intestinal.

Alergias

Las investigaciones en gestantes han cobrado importancia debido a su potencial efecto en el sistema inmune del feto para la prevención futura de alergias. Los estudios indican que los probiótios pueden aumentar el potencial inmunológico de la leche materna y disminuir la sensibilización a alergias.

Enfermedad inflamatoria intestinal

El fundamento para utilizar probióticos en el tratamiento de estas enfermedades se basa en la posibilidad de colonizar el tracto intestinal con cepas bacterianas que promuevan una respuesta inmune de tipo protectora.

Estreñimiento


En adultos y niños la suplementación con los probióticos Bifidobacterium lactis DN-173 010 ó Lactobacillus casei Shirota, ó Escherichia coli Nissle 1917 favorecen la frecuencia de las evacuaciones intestinales y la consistencia de las heces . Asimismo, se ha observado el efecto simbiótico del Lactobacillus acidophilus 145 y Bifidobacterium spp. 420 para prevenir la recurrencia de la enfermedad sintomática no complicada diverticular de colon, especialmente en aquellos pacientes con predominio de estreñimiento.

Síndrome de intestino irritable

Revisiones sistemáticas y meta-análisis han concluido que existe un potencial efecto benéfico de los pro-bióticos en la disminución de la sintomatología general del SII, especialmente del dolor abdominal.

Intolerancia a la lactosa

El uso de probióticos en personas con intolerancia a la lactosa reduce los síntomas de inflamación o hinchazón, posiblemente como consecuencia de la presencia de la lactasa microbial presente en las bacterias acido lácticas, mejorando así la digestión de la lactosa . 

La evidencia científica muestra el potencial beneficio de los probióticos para prevenir o tratar algunas condiciones patológicas, así como para mejorar funciones fisiológicas. La evidencia es más fuerte en relación a su rol sobre la diarrea aguda, ayudando a disminuir su severidad y duración; en el SII, disminuyendo el dolor abdominal y síntomas gastrointestinales en general, y en el control de síntomas en niños con alergias de alta severidad.

Fuentes

Los probióticosse encuentran disponibles en los alimentos y en suplementos dietéticos (por ejemplo, cápsulas, tabletas o en polvo). Algunos ejemplos de alimentos con probióticos son el yogurt, leche fermentada
,alcachofa, platanos, 
cebada,
fresas 
,leche y productos lácteos 
,linaza 
,ajo 
,vegetales de hoja verde 
,miel de abeja 
,puerros 
,legumbres 
,cebolla 
,trigo y cereales integrales como avena.